sábado, 18 de octubre de 2008

pensando


¿Por qué somos un viaje inútil?
Demos razones, por favor.
Describamos nuestra forma como un proceso.
Somos un río, cierto. Un objeto que no es una materia
pura en su duración, sino una
condensación repentina de gags y de mentiras.
Cambiamos de lugar. Nuestros átomos, como cualquiera
de los objetos que cohabitan el universo,
son meras posibilidades incrustadas en un espacio.
Fluctuamos. Somos irreductibles a la posición o al volumen.
No nos pueden localizar simplemente
por los abrazos o los números.
Somos variaciones de un tema que nadie oyó primero.
Entonces nos definimos destrozando nuestra vida.
O despojando de vínculos cada instante.
O deletreando de nuevo cuatro mismas palabras, de mil formas.
No somos la maleta, ni el boleto, ni el pasaje, ni el cliente
sentado en el medio.
Esta es una analogía, lo entiendo, pero es imposible
encontrar la síntesis de esto.
Regreso al inicio. Somos un viaje, parece.
Y un viaje sin efecto ni beneficio.
Y buscamos las razones para sentirnos tranquilos.
Pero quizá no somos un viaje, sino
sólo el recorrido de la conciencia alrededor de los objetos.
Es decir, parte del viaje.
Supongamos que sí, que lo somos, intentemos probar
que nos lleva a un absurdo.
Ningún viaje es inútil.
Porque inútil significa que no nos afecta, pero
siempre terminamos disueltos en la nada o en el cielo,
como prefiera.

fragmento copiado de mimesis.perublog.com


1 comentario:

javi dijo...

unos dias sin ver tu blog y tengo que ponerme las pilas para ponerme al dia.
gracias por toda la musica buena que nos pones cada dia.
un saludo